Hable con personas que entiendan sus necesidades personales y de cuidado de salud. Estas personas incluyen familia, amigos, médico, clero, asesor espiritual, coordinador de altas del hospital o trabajador social.
- Si encuentra más de un asilo de ancianos con cama disponible, use toda la información que pueda para compararlos.
- Si está en un hospital y decide no ir a cierto asilo de ancianos que tiene una cama disponible, hable con el coordinador de altas del hospital o con su médico. Es posible que puedan ayudarlo a encontrar un asilo de ancianos más adecuado o arreglar otros tipos de cuidados, como el cuidado en el hogar a corto plazo, hasta que haya una cama disponible en otro asilo de ancianos que elija. Sin embargo, será su responsabilidad pagar el costo de los días adicionales que permanece en el hospital.
- Si no le gusta el asilo de ancianos en el que está viviendo actualmente, se puede mudar a otro centro que tenga una cama disponible. El asilo de ancianos que deja puede exigirle que les haga saber con anticipación que desea mudarse. Hable con el personal del asilo de ancianos sobre las normas para irse. Si no respeta las normas para irse, es probable que tenga que pagar una tarifa adicional.
Visite acl.gov para conocer otras opciones de atención a largo plazo.